La función del portero de fútbol consiste en proteger el área de la entrada del balón y, más concretamente, evitar que el balón atraviese la línea de la portería. Por eso mismo, podría parecer que prácticamente no tienen probabilidades de sufrir una lesión dentro del campo de juego, aunque sin duda se trata de una suposición errónea. ¿Quieres saber más sobre cuáles son y cómo prevenir las lesiones más comunes de los porteros de fútbol?
Dentro de la práctica deportiva, es más común que los porteros de fútbol sufran una luxación anterior de hombro que una posterior (que representan apenas el 5% de los casos). La principal causa de esta lesión es la caída sobre el brazo en extensión que realizan los porteros cuando saltan lateralmente para tratar de parar el balón.
¿Qué se puede hacer para prevenirla? Realizar ejercicios de fortalecimiento para reforzar todos los músculos y tendones implicados en la articulación escapulo-humeral. De esta forma, se consigue una mayor elasticidad, estabilidad, protección y, lo más importante, reducir las posibilidades de sufrir una de las lesiones más comunes de los porteros de fútbol.
La lumbalgia se trata de un dolor en la zona de los lumbares y, frecuentemente, se debe a la realización de malas posturas tanto en el campo de juego como en el día a día. Por ello, lo primero que debe hacer un portero de fútbol (o cualquier otra persona con este dolor) es reeducar su cuerpo y adoptar una mejor higiene postural. Esto lo puede complementar con estiramientos y ejercicios que fortalezcan la faja lumbo-pélvica-abdominal.
Entre las lesiones más comunes de los porteros de fútbol no podemos obviar la bursitis de cadera. Esta se puede producir a partir de las caídas que tienen los porteros sobre su propia cadera, lo cual es una causa muy frecuente de inflamación, irritación e incluso sangrado de la bursa (bolsa que contiene líquido cuya función es amortiguar los golpes de los tendones y huesos).
La principal recomendación, que también sirve para prevenir la luxación de hombros, es de la “aprender a caer”. Los entrenadores y preparadores físicos tienen que enseñarles a caer, siempre que sea posible, en una posición que no les suponga un riesgo. Como complemento se pueden utilizar protectores de cadera y, si el dolor ya se ha producido, pasar a una entrenamiento alternativo o directamente al descanso.
Las carreras, saltos o las situaciones en las que se cambia bruscamente la dirección de juego pueden originar una lesión del ligamento cruzado anterior. En el caso de los porteros, lo más habitual es que se produzca cuando, después de saltar, aterrizan en el suelo con tan solo una pierna y sin equilibrio.
Si estás interesado en conocer más sobre este punto, en nuestro blog contamos con una entrada dedicada exclusivamente al tratamiento de la lesión del ligamento cruzado anterior.
Hay partidos en los que el resto del equipo tiene una posición dominante y los porteros no tienen tanto trabajo, por lo que pueden quedarse “fríos”. Sin embargo, esto no quita que, en determinado momento, tengan que hacer alguna acción explosiva o que tengan que sacar de puerta, lo que puede causar un pinchazo en la parte anterior del muslo. Para prevenirlo, realizar movilizaciones y ejercicios de activación durante todo el partido minimizarán el riego de lesión.
Los porteros de fútbol, por la posición que ocupan en el campo, necesitan un entrenamiento específico diferente a la del resto de jugadores. En Fisiocenter hemos tratado todo tipo de lesiones a diferentes porteros de fútbol de la Comunidad Valenciana y contamos con una gran experiencia en su rehabilitación.
Si sufres alguna de estas lesiones, déjanos ayudarte a tener la mejor recuperación posible. Un buen tratamiento a tiempo es la clave para volver al campo lo antes posible. Puedes ponerte en contacto con nosotros si necesitas más información al respecto.
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